Fácil y sencillo

Hace un tiempo surgió en Mastodon (una de tantas redes sociales) la discusión sobre la web sencilla. Sin embargo, no espero que todas las personas sean expertas en informática; yo tampoco lo soy. Encontré que existe una confusión entre lo que es sencillo y lo que es fácil.

La web no es sencilla; si quieres aprender a crear tu propio sitio web, debes aprender un par de lenguajes de programación (HTML y CSS, y opcionalmente, JavaScript). Además, debes aprender cómo alojar estos archivos para que cualquier persona pueda acceder a ellos desde un dispositivo con conexión a internet.

Y aunque dicha forma es la más sencilla, no es la más fácil. Lo más fácil sería utilizar un servicio que te ofrezca una plantilla para lo que sea que quieras publicar, aprender Markdown, o utilizar un generador de sitios, o una solución que no requiera código.

Antes de llegar a saber cómo publicar un sitio web, debes conocer algunas bases de la informática, desde cómo encender un dispositivo, cómo conectarlo a internet, cómo editar un archivo, algo de mecanografía… Y si quieres ser un experto, puedes incluso aprender cómo funciona una computadora, un sistema operativo, un protocolo web…

Puedes aprender diferentes tecnologías y dominar sus técnicas, y aún así hacer un sitio web que no sea sencillo. Existen diversas filosofías o formas de trabajo: el código limpio, el minimalismo digital, las diferentes formas de diseñar una interfaz…

Son muchas las decisiones con las que uno se enfrenta a la hora de hacer un sitio web. En alguna ocasión escribí que un blog es sólo tan bueno como su contenido, y quiero generalizar un poco más esa frase: una web es sólo tan buena como su contenido, es eso lo que importa.

Alguna vez me di cuenta que una de las mejores formas de demostrar maestría era hacer que se viera fácil y sencillo.

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