Escrito:
Prefiero trabajar desconectado
A lo largo del tiempo, a medida que he ganado experiencia en mis diferentes actividades, ya sean profesionales o personales, he notado que mi flujo de trabajo digital se ha vuelto cada vez más desconectado de Internet. Si bien es cierto que la tendencia actual es realizar todo a través de un navegador web, esta práctica está fuertemente influenciada por modelos empresariales que repetidamente resultan perjudiciales para las personas.
El objetivo principal de las empresas es ganar dinero. Sin embargo, nuestros objetivos como individuos son más específicos. Por ejemplo, si necesitamos crear un documento de texto, una de las opciones más utilizadas y conocidas es Microsoft Word, o como sea que se llame después de la llegada de la inteligencia artificial, o después de la próxima tendencia que la reemplace. Mi punto es que dicho software tiene un costo, no sólo monetario, y existen muchas alternativas gratuitas y libres que satisfacen la necesidad de crear documentos sin requerir una cuenta o incluso conexión a internet.
El software ha ido migrando lentamente hacia los navegadores web, centrando todo el la nube. ¿Alguien sabe qué significa realmente esa palabra en este contexto? Yo sí. La nube es una representación gráfica utilizada en diagramas para ilustrar un conjunto de computadores, que incluyen discos duros, memorias RAM, fuentes de poder y todos sus componentes. En otras palabras, todo lo que se realiza en la nube puede hacerse en un dispositivo local, respetando, por supuesto, las proporciones. Un dispositivo local no tiene la capacidad de dejar a comunidades enteras sin agua, como lo hacen los centros de datos.
Utilizar un dispositivo con su propio procesador y sus memorias para acceder a otros dispositivos a miles de kilómetros, que también tienen sus procesadores y memorias resulta redundante. Cuando no se necesita esa redundancia, es un acto de ignorancia. No pretendo ofender a nadie; todos somos ignorantes en todas las cosas que no sabemos. Sin embargo, la tecnología se ha integrado tan rápidamente en nuestras vidas que no hemos tenido tiempo de aprenderla, y mucho menos de analizar las consecuencias de su uso.
Alguna vez leí que cualquier máquina mal utilizada es como una máquina de vapor, es decir, una máquina que genera calor. La temperatura normal de los procesadores oscila entre 30 y 95ºC. Un par de ecuaciones de temperatura, desarrolladas por Newton en el siglo XVIII, son suficientes para darnos cuenta de que el uso de la tecnología también contribuyen al cambio climático. ¿En qué medida? Nadie lo sabe, ya que no se han realizado estudios al respecto.
Regresando al pensamiento que me llevó a escribir este texto: todo lo que hacemos en un computador puede realizarse de forma local, sin conexión a internet, reduciendo el uso de recursos redundantes, la generación de calor, y boicoteando empresas que no se preocupan por el medio ambiente. Esto no sólo ahorrando dinero, sino que también desarrollando habilidades informáticas, mientras reducimos distracciones y tenemos control total de nuestros datos.